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Blog NEURÓFILOS

Cumplí 18 años, y no sé qué soy.

Actualizado: 21 may 2021

He cumplido 18 años, y no sé qué soy. En teoría un adulto responsable, pero durante este transcurso de “cambio de vida”, me he planteado serias cuestiones, pues llevo varias semanas siendo adulto sin pedir cita para que me hagan la cédula, por lo que aún no me he vuelto un ciudadano colombiano. Además, no tengo muy claro qué ha cambiado, sigo encerrado en mi casa, el alcohol sigue sin gustarme, y aunque tengo edad para firmar por mi parte cualquier papel, no tengo ningún gran negocio que lo amerite; solamente hay algo nuevo: por alguna razón misteriosa no me quiero cruzar con ningún retén militar.


Aun así, en este momento me encuentro en el limbo. En teoría paso de ser parte de la población vulnerable protegida por el Estado, a ser de la población vulnerable que al Estado no le importa, nada más que para ir a votar; eso si es que alguna vez al Estado le importé algo, pero ahora mismo, no soy parte de lo uno ni de lo otro. Pues mi tarjeta de identidad ha vencido y mi cédula aún no ha empezado el proceso para materializarse, así que no soy ni menor de edad ni ciudadano colombiano, entonces… ¿Qué soy?


Me surgió esta gran duda cuando al intentar inscribirme en un concurso se me pidió el tipo de documento de identificación; me quedé en blanco. No era correcto colocar mi tarjeta de identidad pues tengo 18, ni cédula porque no he ido a hacer el trámite, por ello me he resignado a ser descalificado por ese pequeño detalle.


Pero no podemos desviarnos del tema. ¡¿Qué es ser ciudadano?! Pues nací en esta tierra y viví en ella 18 años, pero no soy ciudadano, entonces qué o quién me hace serlo y por qué no lo soy, ¿Acaso puedo tomar la decisión de no ser ciudadano de este país? ¿O es obligatorio que sea ciudadano? ¿Por qué quería yo ser ciudadano colombiano? ¿Es acaso la ciudadanía lo que define quien soy? ¿Es un factor importante de mi identidad? ¿Si necesito ser ciudadano y ser reconocido como tal, al no serlo, no soy yo?


A medida que pasan los días se hace más grande este malestar, y no se me quita la mala sensación de no saber qué soy. ¿Y si… alguien va, se hace pasar por mí y reclama mí cedula? ¿Dejaría yo de ser yo, cuando algún otro tome mi nombre, mi identidad, mi lugar? ¿Dejaría yo de llamarme Juan David? ¿Me convertiría en un apátrida, un don nadie, un sin nombre, sin hogar, sin lugar en la sociedad? ¿Dejaría de ser hijo de mi padre y de mi madre? ¿Mi hermano ya no sería mi hermano? ¿Y mis amigos, me darían la espalda al saber que yo, no soy yo, puesto que he dejado de ser yo? Quien ocupe mi lugar, ¿hará bien mi papel? ¿El papel de ser yo? ¿Resultará mi reemplazo ser mejor que yo?, ¿cómo puede haber un mejor yo sin dejar de ser yo? Ah, el ser yo, ¿qué me hace serlo?, si dejara de ser yo, entonces qué sería. ¿Un papel define lo que soy?


Cuando un militar me pregunte por la cédula y la libreta militar, ¿le podré decir que yo he dejado de ser yo, y el yo que está buscando está en otra parte? No, definitivamente no, no dejaré de ser yo, pero he entendido qué hay que hacer para ser ciudadano colombiano. Subir al camión, raparme la cabeza y vestir de verde; quizás así mi identidad quede completa.


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