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Blog NEURÓFILOS

DEBERÍAS DE LA INFELICIDAD

Actualizado: 14 may 2022

Hace unos años, en Neurófilos, se dieron varias sesiones grupales con la psicóloga María Teresa Paredes, especialista en TREC, del Instituto Albert Ellis de Colombia. Lamentablemente no recuerdo todo con exactitud, pero sí algunos puntos importantes que intentaré hilar en este escrito. Como recurriré a mi imperfecta memoria puede que cometa muchos errores, sin embargo, solo pretendo organizar mis pensamientos e ideas. Si alguien desea antes o después de este escrito, leer algo mejor estructurado puede buscar libros de Albert Ellis, tienen títulos muy curiosos como “Cómo controlar la ansiedad antes de que le controle a usted” o “Controle su ira antes de que ella le controle a usted: cómo dominar las emociones destructivas”.


La Terapia Racional Emotiva Conductual, o por sus siglas “TREC”, se basa en que las personas no se alteran por los hechos que suceden sino por lo que piensan de los hechos. Lo pone en los siguientes términos: “el abc de la TREC” donde “A” es la experiencia activadora o adversidad, la cual puede generarse por el pasado, el presente o el futuro, y puede ser real o imaginaria. La “B” son las creencias o pensamientos sobre “A” que pueden ser racionales o irracionales. Por último “C”, la cual es la consecuencia emocional y conductual, puede alejar o no de las metas. Esta es generada por las creencias (“B”).


Suele ser común un pensamiento lineal entre “A” y “C”, como si no se pasara primero por los pensamientos y creencias. Es decir, para explicar alguna emoción o acción se toma como causa el hecho y no lo que se piensa de él. Un ejemplo sería “Me dio ira porque casi me atropella, así que le rompí el vidrio”. El problema con el pensamiento lineal es que nos impide ser dueños racionales de nuestras propias emociones y acciones, lo cual llega a ser peligroso porque puede escalar el conflicto interno y con los demás. La ira que es una emoción malsana, ya que es extrema, ciega a quien la tiene, impidiéndole pensar en las posibles graves consecuencias que pueden ocasionarle sus acciones. Es importante hacer buen uso del lenguaje, para identificar las emociones malsanas de las sanas, pues para la TREC está bien que sintamos todas las emociones humanas siempre y cuando estén en su sana medida y no nos alejen de nuestras metas. La emoción sana de la ira es el enojo, la de la depresión es la tristeza, la de la ansiedad es la preocupación, la del pánico es el miedo (Todo esto tiene que cogerse con pinzas por si mi memoria se equivoca).


Las emociones malsanas son un obstáculo para nuestras metas y objetivos, ya que nos impiden pensar en las consecuencias de nuestros actos, nos inmovilizan o nos hacen sufrir de más. Van precedidas de un pensamiento (B) absolutista y catastrófico como “esto no debería de ser así, es terrible que lo sea, no lo puedo soportar”. El problema viene cuando por costumbre se usan los términos más extremos para clasificarlo todo, eliminando así el gran número de matices que hay entre lo que no nos gusta hasta lo que es “terrible”. La cuestión también radica en que no sabemos identificar entre las cosas que dependen de nosotros de las que no tenemos control alguno. Pero hay solución para estas creencias y pensamientos irracionales, la “D”.


La “D” es el debate, busca comprobar si nuestras creencias y pensamientos (B) de los hechos, son racionales o irracionales, reales o irreales, e incluso si las cosas son tan terribles como pensamos. Las creencias irracionales se caracterizan porque no son lógicas, no son demostrables o no son funcionales (Para nuestras metas). Hay una serie de preguntas que se le pueden hacer a nuestras creencias para identificar las irracionales de una forma más fácil. No me acuerdo de todas y tampoco encontré dónde las tenía anotadas. Pero sí tengo presente una estrategia muy interesante, la cual le da titulo a este escrito y he querido hablar de ella desde el comienzo.


Con los deberías de la infelicidad no me refiero a que al eliminarlos seremos “felices”, solamente que utilizando un lenguaje distinto y relacionándonos de una forma distinta con lo que sucede, le mermaríamos a lo que nos afecta. La “TREC” identifica tres grandes grupos irracionales de “deberías”, los deberías hacia el mundo, hacia las demás personas y hacia uno mismo. Estos son irracionales porque son absolutistas, lleva a que no nos relacionemos con el mundo tal como es, sino como “debería ser” y pueden remplazarse por palabras más acertadas. “El mundo debería ser justo” puede remplazarse por “me gustaría que el mundo fuera justo, pero no lo es” o “la vida debería ser fácil” por “me gustaría que la vida fuera más fácil o fácil, aunque ahora mismo no lo sea”. “Nadie debería robar” por “me gustaría que nadie robara, pero vivo en Colombia y aquí hay gente que roba” o “esa persona debería de amarme, quererme, respetarme, tratarme como yo quiero, (etc…)” por “me gustaría que esa persona me amara, me quiera, me respete, me trate como me gustaría (etc…), pero no es así”.


Este cambio de palabras no es con el fin de ser conformistas sino de filtrar entre las cosas que dependen de mí de las que no. De mí no depende que la otra persona me quiera, me ame o me trate como me gustaría, únicamente depende de mí el comunicarle como me siento hacia esa persona, ya el resto no depende de mí. Si la respuesta es negativa, por la tusa o el rechazo toca hacer el debate para evitar creencias irracionales que nos alejen de nuestras metas. Un pensamiento que se suele tener es “no voy a encontrar nunca una persona igual, que me guste de la misma forma” ¿esto realmente es cierto? ¿Empíricamente puedo demostrar que nunca en el resto de la vida me va a gustar otra persona? Partiendo de que no somos adivinos, es mejor pensar “me gustaría que esa persona me quisiese como yo la quiero, pero no es así, aunque me siento no correspondido se me pasará y posiblemente en el futuro encuentre a alguien que me guste y me corresponda como me gustaría”. “El mundo debería ser justo”, de mi no depende que por allá en China se aplique el tipo de justicia que prefiero. Pero sí depende de mi llevar una vida ejerciendo el tipo de justicia que prefiero (si es que las leyes no me lo impiden claro) o promoviendo las ideas que considero correctas, en el lugar donde habito. Cambiar el pensamiento por “aunque sería preferible que el mundo fuera justo, no depende de mí que así sea”.


El debate (D) intenta cambiar las “B” y “C” por nueva “B” y nueva “C”. Es decir, cambiar las creencias y pensamientos acerca de los sucesos activantes (A), y cambiar las consecuencias emocionales y conductuales. De tal forma que nuestras reacciones sean proporcionales y no nos impidan seguir con nuestras metas y objetivos. Una cuestión importante que se recomienda mucho es aprender a respirar, ya que una buena respiración ayuda a mantener la calma y ser más racionales ante los sucesos activantes. Evidentemente no soy un experto en el tema y este escrito no pretende más que intentar hilar algunas ideas básicas y prácticas del recuerdo. Esto, como mucho, lo comentaría en una conversación con algún amigo, por tanto, si está dentro de sus posibilidades procure consultar con un buen psicólogo del Instituto Albert Ellis o busque un libro que le llame la atención de Albert Ellis. El tema es muy amplio y se aplica a muchas cosas, estas dos páginas mal escritas no abarcan casi nada, pero quizá le genere un poco de curiosidad.

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